Soy Mujer, Soy Empresaria y Soy Feliz

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#8deMarzo, Día Internacional de la Mujer. Si pudieras presionar un botón que contribuyera al progreso en la igualdad de género, ¿qué cambiarías? Esta pregunta me la hacen en un foro de mujeres empresarias y esto es lo que pienso:
Firma_Dafne_Marenco

Pienso que la desigualdad la propiciamos mujeres y hombres todos los días por falta de conciencia, que creo está más relacionada con el miedo y la falta de auto-conocimiento y de aceptarnos y amarnos como individuos, de no creernos capaces de hacer tanto como queramos y de trasladar nuestros miedos a los demás en forma de represión.

Debemos empezar por reconocernos y valorarnos. Aceptarnos y amarnos tal cual somos. Tomar conciencia de que basta con imaginar algo y ponernos en acción para lograrlo y que no hay límites más grandes que los que cada mente crea. Debemos aceptar y reconocer que ser mujer no es un castigo ni un pecado sino un regalo y un privilegio; que mujeres y hombres tenemos capacidades enormes y no necesitamos compararnos con nadie para alcanzar nuestras metas. Cada persona es un ser único, valioso y divino.

Debemos desarrollar la capacidad de amarnos a nosotros mismos: poder vernos en el espejo sin juzgarnos, abrazar nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestras virtudes y defectos; amarnos es conocer nuestro cuerpo, escucharlo, honrarlo y atenderlo. Amarnos es ser responsables de nuestras palabras, nuestros actos, nuestros pensamientos. Amarnos es tomar control sobre nuestras emociones y no dejar que ellas nos controlen; amarnos es ser libres de pensamiento y promover el crecimiento social; amarnos es ser honestos y saber decir un auténtico NO y respetar cuando nos dicen NO. Amarnos es trabajar en lo que nos gusta, estar con la pareja que deseamos y vivir al máximo cada instante.

Amarnos es una responsabilidad y un regalo. Amándonos podemos entender nuestras angustias y nuestros miedos, esos que generan la violencia y el abuso en cualquier terreno. Amándonos entendemos que el poder que nos mueve no es el dinero, ni el trabajo, ni el orgullo, ni la voz más fuerte, sino la empatía, la compasión, la igualdad, el valor, la vida misma.
Si nos amamos, entonces somos capaces de reconocer la grandeza de lo que somos y de reconocer en los demás su propio valor. Si nos amamos no somos capaces de hacernos daño y tampoco hacemos daño a otros. Si nos amamos, podemos amar a los demás.

Amarnos es ser auténticos, libres para expresar nuestro propio deseo y disfrutar lo que nos causa placer, ¿por qué entonces querer parecernos a alguien más? Las cualidades y aspectos inherentes a la naturaleza de las mujeres desaparecen por querer ser como los hombres. Y los aspectos inherentes a los hombres se vuelven inmaduros al preocuparse por la participación de mujeres en todos los sectores y ámbitos sociales. En lugar de querer ser iguales, creo por el contrario, que mientras más destaquemos y honremos cada uno, como individuos, nuestras propias cualidades nos acercaremos más al respeto y a la aceptación de los demás. Respetándonos y reconociéndonos podemos complementarnos para trabajar, jugar, sanar sociedades y vivir en paz.

Amarnos también es vivir en plenitud nuestra sexualidad. Ser Mujer o ser Hombre pleno, libre y feliz son características de una sana sexualidad. La sexualidad es ese regalo divino, físico, psicológico y emocional y tan poderoso que es capaz de crear vida. Una sexualidad consciente, libre y plena resulta en respeto, acompañamiento, crecimiento y relaciones sociales sanas. La sexualidad es parte de nuestro ser: reprimirla, juzgarla y condenarla es un juego sucio de quienes temen por no saber vivirla en totalidad. La sexualidad de la mujer no es sinónimo de debilidad ni un pretexto para reprimirse, mentir, callar y someterse. Tampoco la sexualidad del hombre es sinónimo de poder, abuso, violencia, estatus, engaño o control. En la medida en que entendamos nuestra propia sexualidad y tengamos la libertad de expresar nuestro deseo y disfrutar del placer en cada instante, podremos vivir en libertad, integrándonos hombres y mujeres en cualquier relación: pareja, negocios, familia, amigos, sin necesidad de juzgar, condenar y señalar hipócritamente. Y se formarán relaciones más sanas, libres y leales sin necesidad de acciones coercitivas ni firmas de contratos.

Yo soy feliz, soy mujer y soy empresaria. No me siento diferente, ni más ni menos que ningún hombre ni que ninguna otra mujer. Trabajo, pienso, lloro, corro, grito, río, amo igual que cualquier otro ser humano. El Día Internacional de la Mujer es para recordar que las condiciones laborales no son iguales para los dos géneros. Es una realidad que en algunos sectores no valoran la escolaridad, esfuerzo, capacidad y el valor de una persona solo por ser mujer y la remuneración es menor que lo que reciben los hombres. Sin embargo eso no me detiene, me da la oportunidad de ser más creativa y abrir caminos por los que puedo pasar y hacer escuchar mi voz, mis propuestas, mis pensamientos.

El día en que ya no sea necesario celebrar este día, tendremos la certeza de haber avanzado y estar viviendo en un mejor nivel de consciencia.

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